María Fernández, destrozada ante el monumental corte (y plantón) de Salvador en 'La Promesa'

Desde que Salvador (Mario García) regresó de las trincheras a La Promesa no es el mismo. El lacayo se fue a la guerra de África con su buena planta y una relación comenzada con María Fernández (Sara Molina). Sin embargo, regresó al palacio con un aspecto desmejorado, mucho más delgado y con un enorme trauma sobre las cosas que ha visto y vivido en el ejército. Esta complicada situación está afectando enormemente a María Fernández. Y es que la joven criada no consigue entender los repentinos cambios de humor y el hermetismo de su novio.

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A. Richart

La sirvienta está tratando de ser comprensiva y darle espacio al lacayo, pero no le está resultando nada fácil. Salvador no deja de rehuirle y la joven ya no sabe cómo actuar. Sin embargo, esta tarde, en la ficción de TVE se ha producido un repentino e importante acercamiento entre ambos. María Fernández ha sido sorprendida por su novio cuando estaba descansando tranquila en un banco. Aunque la criada se ha asustado del sobresalto, la pareja ha podido relajarse y charlar a solas por unos momentos.

Salvador se ha sentado junto a la sirvienta y ha reconocido que necesita descansar, ya que desde que volvió del frente no tiene la misma energía. María Fernández también ha confesado que se siente hastiada por el gran trabajo que están teniendo en el palacio. Y es que son muchas las personas que se están alojando en La Promesa: "Últimamente, las visitas se prolongan demasiado en el tiempo", ha señalado la joven empleada.

"Es cierto, últimamente las visitas no se van de aquí ni con agua caliente", ha bromeado Salvador, secundando las palabras de la sirvienta. Esta conversación ha sido un muy buen punto de partida para que la pareja se sintiese cómoda y se lanzasen alguna que otra sonrisa. Los jóvenes han recordado a los numerosos huéspedes, tanto presentes como ya lejanos, que se han hospedado en La Promesa.

En este aspecto, los empleados no se han olvidado de la baronesa de Grazalema y del capitán Lorenzo. "Con la excusa del testamento llevan un rato largo en La Promesa, a la sopa boba. Lo de esos dos no tiene nombre", ha criticado María Fernández a estos huéspedes y ha afirmado entre risas que "parece que no tienen casa". Salvador le ha seguido el juego a su novia y, por unos segundos, la pareja ha tenido una gran complicidad.

Es por ello que María Fernández se ha abalanzado y ha besado al lacayo. Sin embargo, Salvador ha detenido el beso de la joven y ha huido del lugar. El joven ha puesto una mala excusa y ha abandonado ese íntimo momento. Ante esto, la criada ha quedado completamente destrozada ante el rechazo del que todavía es su novio.