Ramona reconoce a Jana ("Mariana") en 'La Promesa': así ha sido el ambiguo reencuentro

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Parece que ha llegado el momento para Jana de olvidar a Manuel de una vez por todas en La Promesa. La serie de las sobremesas de entre semana de La 1 de Televisión Española, que se eite a las 16:30 horas, ha integrado en su elenco a un nuevo personaje que pueda servir de distracción para Jana mientras el heredero del marquesado lidia con su escarpado matrimonio con Jimena.

Se trata de Abel, el médico de Jimena y amigo de Manuel, que llegó al palacio provocando la ira de Jana y contestando con sarcasmo a sus conocimientos médicos. Sin embargo, desde hace unos cuantos episodios, la relación entre Jana y el médico ha comenzado a mejorar, especialmente desde que el chico descubriese que la criada se escapaba por las noches a la cabaña de Ramona para cuidarla.

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A. Richart

En el episodio anterior, Abel diagnosticó que Ramona tenía una neumonía, algo que Jana ya había deducido por su cuenta y por lo que había comenzado a aplicarle métodos curativos. A Abel no le quedó otra que admitir que Jana es un diamante en bruto a la hora de hacer diagnósticos, y ello permitió que enterrasen el hacha de guerra.

¿Abel o José?

En el episodio de este martes, Abel ha marchado por su cuenta a seguir suministrándole cuidados a Ramona. Ahora que la paciente ha despertado, el médico ha aprovechado para darle de comer. No obstante, Ramona está del todo confundida, y ha creído que Abel es su hijo José. La mujer mayor ha presentado signos de estar recuperando la conciencia, aunque, equivocadamente, cree que está en condiciones de volver a recuperar su vida, de alimentar el ganado y arar el huerto.

Abel ha observado con ojos de enamorado cómo Jana hablaba a Ramona

Cuando Jana y Abel han regresado a la cabaña de nuevas, Ramona había desaparecido. El médico ha salido a buscarla mientras a la criada le carcomían los nervios. Abel ha encontrado a su paciente en su huerto, y ha podido volver a sentarla en el salón.

Ramona reconoce a "Mariana"

Mientras Jana le daba una infusión, Abel ha observado con ojos de enamorado cómo la criada hablaba a su paciente. Entonces, Ramona ha tenido un momento de lucidez, y ha reconocido a Jana, a quien, por supuesto, ha llamado "Mariana", su nombre real. "Qué ganitas tenía de abrazarte", ha expresado la mujer, contentísima, “Tenía mucho miedo de morirme y de no volver a verte, hija”.

Ramona le ha recordado a Jana que para ella siempre había sido como una hija, y que cada día que se levantaba y se acostaba, su primer y último pensamiento iba dedicado a ella. Ramona se ha puesto a llorar de emoción, y Abel ha pensado que la mujer volvía a delirar.

Solo Jana sabe que lo que cuenta Ramona es verdad. ¿Aprovechará ahora para sonsacarle información sobre lo que pasó con su madre?