Salvador, celoso ante el pasional momento de Lope y María Fernández en 'La Promesa'

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Desde que María Fernández contemplase la idea de que Salvador podría operarse del ojo, el ex soldado y exnovio de la criada en La Promesa se ha vuelto de nuevo más irascible. El lacayo de la serie de sobremesas, que La 1 de Televisión Española emite de lunes a viernes a las 16:30 horas, estaba ya resignado a convivir con su ceguera parcial y su parche en el ojo.

Sin embargo, en episodios anteriores, María creyó que sería buena idea aprovechar la presencia de Abel en la zona del servicio para que inspeccionase al chico. Abel hizo llamar a un oftalmólogo que revisase bien el ojo de Salvador, y le comentó que tenía una solución: una intervención con la que pudiesen limpiarle la metralla del globo ocular.

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A. Richart

La operación, en cambio, no parece ser algo que un lacayo, ni dos, ni tres, pudieran permitirse. Su coste es de mil pesetas, que a principios del siglo XX, cuando se desarrolla la ficción, era un dineral al que no alcanzaba ni el salario agrupado de todos los sirvientes del palacio. Por este motivo, Salvador desestimó la idea de poder recuperar su visión, alegando que los pobres no parecían tener derecho a ver, y detestando las miradas de lástima que sus compañeros le dedicaban.

Feliciano quiere ayudar

Jana tuvo una brillante idea: hacer una colecta, cocinar bombones y preparar mermelada para venderlo en la feria de Luján, y así financiar la operación de Salvador, o por lo menos, acercarse a su coste. En el capítulo de este miércoles, Feliciano ha visto al equipo de sirvientes preparando bombones, y le ha pedido a Teresa poder arrimar el hombro, pero la criada lo ha evitado.

Jana tuvo una brillante idea para financiar la operación de Salvador

El ambiente está caldeado desde que Petra intentase descubrirle a Cruz el secreto de Candela y Simona, así que Teresa le ha pedido comprensión por el hecho de que no sea buen momento de que el chico se presentase en la cocina. Feliciano ha hablado con Petra y ha lamentado que por su culpa Cruz le aleccionase sobre la verificación de los rumores que le llegan a través de ella, para no hacerle quedar como una "idiota" delante del servicio.

María estalla de impotencia

María Fernández le ha pedido ayuda a Catalina para que hable con el señor Tadeo, y además de las confituras venda también los bombones. Más tarde, en las cocinas, María Fernández y Lope han terminado de empaquetar los bombones. Lope ha expresado su preocupación por Salvador: "está tan ensimismado por sí mismo que yo creo que no se ha enterado de lo que estamos haciendo".

Esto ha hecho llorar a María, y Lope ha querido saber por qué se había puesto así. "No puedo más, estoy agotada", ha admitido la sirvienta, "Lloro por lo que pudo ser y no fue, por el amor, por el desamor, por ser pobre, por el destino".

Lope ha amenazado con llorar él también, porque también se encontraba sensible. El cocinero ha abrazado a su amiga, y Salvador ha aparecido a sus espaldas. El lacayo ha observado en silencio el íntimo momento entre sus amigos. ¿Se enfadará por el hecho de que María y Lope den rienda suelta a lo que sienten entre ellos?