Recaída fulminante de Rómulo en 'La Promesa': "Yo creo que se está muriendo"

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El personaje de Rómulo lleva muchos días esquivando las preguntas incómodas en la serie La Promesa, que se emite entre semana, a las 17:30 horas, en La 1 de Televisión Española. Desde que el lacayo Mauro se preocupase por la sospechosa tos de su jefe, las teorías sobre su enfermedad no han hecho más incrementar, mientras que el mayordomo le ha restado importancia desde el primer minuto.

No es casualidad, sin embargo, que a Rómulo le hayan entrado las prisas repentinas de formar convenientemente a Mauro para que el día de mañana pueda sustituirle como supervisor del servicio. Y es que, muy internamente, Rómulo debe saber que sufre algún tipo de enfermedad, a la que le dé miedo enfrentarse.

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A. Richart

En episodios anteriores, Mauro llegó a encontrar varios pañuelos ensangrentados, de los que Rómulo usa para taparse la boca cada vez que tose. El chico se alarmó y no solo se lo hizo saber a Pía, sino que en el episodio de ayer, se lo contó discretamente a Alonso. El marqués de Luján también andaba preocupado por su ayudante de cámara, especialmente desde el momento en el que casi le dio un vahído delante de él, motivo por el que interrogó a Mauro qué sabía sobre su posible afección.

Visitas desagradables

En el episodio de este martes, Petra ha expresado que esperaba que Mauro estuviese a la altura de su maestro. "Tal vez algún día podría hacer usted lo mismo con mi hermano", ha deseado la inquina señora Arcos, con la intención de sonsacarle información sobre otra joven promesa, esta vez de la planta noble: el señorito Curro, de quien Cruz sospecha que se acerca demasiado a Alonso con segundas intenciones más allá que ayudar con las cuentas de La Promesa.

Abel se ha acercado a su nariz, y ha enunciado que el hombre no estaba respirando

De nuevo en el despacho de Rómulo, Abel ha llegado para examinar al hombre. "No está igual que siempre", ha opinado el médico ante las reticencias del mayordomo. El hombre se ha negado en rotundo a que Abel le atendiese y le ha echado del despacho.

Una confesión interrumpida

En una salida a hurtadillas a la cocina, Rómulo ha catado las tartaletas que Simona y Candela han preparado gracias al recetario que Lope les ha regalado como despedida. Cuando el hombre estaba comiendo, ha comenzado a sentirse mareado y se ha desplomado en el suelo. Salvador ha acudido en su auxilio, y Candela ha llamado corriendo a Abel y Jana.

En ese preciso instante, Jana se disponía a contarle toda la verdad a Abel sobre Córdoba. "Yo nunca estuve en Córdoba", le ha enunciado la chica a su novio, justo antes de la interrupción de Candela. "Yo creo que se está muriendo", ha alarmado la cocinera.

Al llegar al cuerpo inerte de Rómulo, Salvador se ha apartado y se ha llevado las manos a la cabeza, mientras Candela lloraba y suplicaba que no se muriese. Abel ha acercado su oído a su nariz, y ha enunciado que el hombre no estaba respirando. ¿Es este el final del mayordomo?