¿Habrá huelga en 'La Promesa'? Un personaje podría pillarse los dedos con sus decisiones

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La pausa en el trabajo del personaje de Rómulo está afectando a todo el servicio de La Promesa. El marqués de la serie de La 1 de Televisión Española obligó a su ayudante de cámara a que paralizase sus labores para que se recuperase de su enfermedad, y toda la faena ha recaído sobre los hombros de Mauro, todavía un poco "verde" para responsabilizarse de todo un palacio.

En el episodio anterior, Cruz llegó a criticar que la calidad en los menús que Simona y Candela preparaban estaba dejando mucho que desear, mientras que Petra, cizañera, había criticado la labor de Pía y Mauro a la hora de gestionar al personal. Mauro expresó al ama de llaves su agobio, y la señora Adarre le propuso que le consultase sus dudas a Rómulo, y así, le haría compañía mientras continuaba postrado en la cama.

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En el episodio de este jueves, Mauro ha trasladado las quejas de la marquesa a las cocineras, mientras que Petra escuchaba atenta a sus espaldas. Simona y Candela han justificado que tenían dos manos menos desde que Lope se había marchado. Petra ha intervenido para decirles que pasaban más tiempo escuchando los chismes de Valentín, allí presente, que cocinando.

Un nuevo cocinero

En medio de la trifulca, en la que Mauro le ha pedido a Candela que no se pasase con sus insultos a Petra, Valentín ha gritado "Basta", y ha anunciado que él tenía la solución a todos sus problemas. El supuesto amigo de Antoñito ha propuesto ser él quien sustituyese a Lope en los fogones, pero nadie a su alrededor ha pensado que aquella era buena idea.

Pía ha dicho a Mauro: "O se pone usted más firme, o esto se va a ir de madre"

"Sé que igualarle es imposible", ha contado Valentín tras ser comparado nuevamente con Lope. Sin embargo, el chico ha insistido en que podría encargarse con las funciones más sencillas, que no requiriesen demasiada creatividad, como pelar patatas. Mauro ha accedido a que el chico ayudase, pero Petra ha opinado que aquella era una decisión que le tocaría tomar a la marquesa.

"Valiente pinche se van a buscar", ha comentado la señora Arcos, cuando Mauro le ha dicho que al hacer las funciones de pinche, no era necesario avisar a Cruz. "Esto es algo bastante irregular", ha pensado la doncella, a lo que el mayordomo le ha contestado que asumía toda la responsabilidad. "Y, señora Arcos", ha añadido Mauro, "deje ya de enredar". ¿Le saldrá cara la improvisada decisión a Mauro?

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El simpático Valentín le ha contado a María Fernández sobre su nuevo puesto en cocinas, y la chica se ha prestado a darle algunas lecciones para cargar correctamente la leña o las patatas, ante las objeciones de Salvador, quien pensaba que Valentín le estaba tirando caña descaradamente.

Rebelión en el servicio

Paralelamente, Teresa, María Fernández y Jana se han quejado en el despacho de Mauro que los lacayos dejan el patio lleno de virutas de madera cuando cortan leña, que después ellas tienen que limpiar. El mayordomo les ha pedido comprensión ante la ausencia de Rómulo, pero Teresa le ha dado un ultimátum: o se solucionaba o en dos días no limpiarían "ni una mota de polvo que no nos corresponda".

Petra ha expresado ante Feliciano que a Mauro le venía grande el puesto de mayordomo jefe. Y Salvador se ha quejado de que se criticase su trabajo a sus espaldas, alegando que Mauro era el primero que dirigía, pero no hacía nada. El mayordomo se ha preguntado cómo había aguantado su superior todas aquellas tonterías, y Pía, a solas, le ha dicho: "O se pone usted más firme, o esto se va a ir de madre, ya se lo digo yo".

Los nervios en el servicio están llegando a un punto climático, y un nuevo invitado, el empresario inglés, está a punto de llegar a La Promesa. ¿Se encontrará con una huelga de empleados? ¿Se recuperará Rómulo antes de que los marqueses llamen la atención a Mauro por su ineficaz gestión?