Se avecina tormenta para Pelayo: este es el culpable de su próxima bronca en 'La Promesa'

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Pese a los recientes cortes eléctricos en el palacio de La Promesa, se están viviendo situaciones de alta tensión en la serie de las tardes de La 1 de Televisión Española. Cada personaje lucha por sus intereses, y el nuevo lacayo del conde de Añil, Jerónimo, es el primero en actuar sin importarle las consecuencias que su operativo tendrán en la familia Luján.

Catalina, por su parte, se las ha arreglado para llevar la administración de la finca y la empresa de mermeladas, mientras todavía cree que puede confiar en Pelayo, haciendo oídos sordos a las advertencias de Margarita.

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En una discreta conversación, Cruz le ha recordado al conde de Añil las razones por las que le invitó al palacio, así que le ha preguntado si no era hora ya de dar un nuevo paso hacia delante en su relación con Catalina. "¿Sabe cuánto hace de nuestro acuerdo? Demasiado", ha expresado la marquesa su decepción ante lo tedioso de su coqueteo con la muchacha, como si fuera su residencia conyugal.

La dura condición de Cruz

Cruz le ha insistido al joven en que se diese prisa en llevar a cabo lo que pactaron: llevarse a Catalina lejos de La Promesa. "Le ofrecí una jugosa dote nupcial", le ha recordado la marquesa, quien ha avisado de que se veía obligada a reducirla. Pelayo ha justificado que no quería forzar las cosas con su amada: "si me precipito, lo perderemos todo", ha pensado refiriéndose a él, pero también a Cruz.

Pelayo no quería forzar las cosas con su amada: "Si me precipito, lo perderemos todo"

Pelayo ha pensado que si le propusiera matrimonio en ese momento a Catalina, le rechazaría, así que tenía que encontrar el momento oportuno. La marquesa ha aceptado a darle más tiempo a Pelayo, con una dura condición: "cuando se case con usted, el negocio de las mermeladas pasará a ser mío desde el mismo momento de la boda, ¿entendido?".

Jerónimo desata el conflicto

Más tarde, Catalina ha expresado a Pelayo sus dudas sobre la inminente llegada del empresario inglés a La Promesa. El británico llegaría para tratar algunos negocios en torno a las mermeladas, pero la chica ha pensado que, visto el panorama actual con Jimena, lo ideal sería retrasar su visita.

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Pelayo ha mirado de reojo a Jerónimo, su ayudante de cámara allí presente, quien le ha negado discretamente con la cabeza, dándole a entender a su colega que la idea de Catalina no era aceptable. "No tendrían por qué coincidir, Catalina", ha pensado Pelayo, aunque la chica ha dicho que eso no era garantía de nada. El conde ha aceptado la propuesta de Catalina, ante el disgusto de Jerónimo.

El conde se ha reunido con Jerónimo en el almacén privado, y le ha pedido que le envíe un telegrama al inglés para que no vaya a La Promesa. "No puedo volver a despreciar su voluntad", ha admitido Pelayo sobre el mandato de Catalina.

El supuesto lacayo le ha dicho que aquello les retrasaría en sus turbios negocios y, a solas, ha roto el telegrama que Pelayo le ha dado. Esto no solo propiciará un encuentro desafortunado, sino también el desencuentro de Catalina con Pelayo, a quien culpará de no haberle obedecido. ¿Cuándo llegará el empresario?