Avance del capítulo 92 de 'La Moderna' de este lunes, 5 de febrero

• Avance semanal de La Moderna: una ruptura, un trabajo secreto y un nuevo aprendiz
• Íñigo engaña a Matilde en La Moderna y no recuerda nada: ¿tendrá el perdón de su prometida?

Los espectadores de La Moderna se siguen recuperando de los últimos impactos de sus protagonistas. Tras la ruptura de Luisa y Emilio, ha llegado una infidelidad que ha sentado como un jarro de agua fría a Matilde y a los seguidores que estaban emocionados en asistir a la boda de la pareja. En el capítulo anterior, Jacobo ha sido secuestrado bajo las órdenes de doña Carla y Matilde ha descubierto a su enamorado con otra mujer en la cama.

Íñigo ha intentado descifrar qué pasó la noche que cedió a tomarse unas copas con Olga. Además, Raimundo se ha tenido que operar a vida o muerte y Teresa ha vuelto a las galerías con su mal humor característico. Íñigo ha acusado a Aguirre de ser el culpable de una trampa que le ha colocado en la peor de las posiciones en su relación con Matilde.

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Don Fermín no puede tolerar un ambiente enardecido en su distinguido local, por lo que se verá obligado a intervenir entre una discusión entre Aguirre e Íñigo. El dueño del Madrid Cabaret sospecha que su archienemigo es el responsable de haberle drogado y haber metido en su cama a una mujer que no es Matilde.

Sin embargo, esta vez se equivoca. Por su parte, su siguiente foco de duda será doña Carla. Sin embargo, la viuda de Morcuende le enseñará un artículo de un periódico sobre una mujer que utiliza tácticas similares a las que ha vivido el empresario para robar a sus víctimas. Mientras, Matilde hace público frente a sus compañeros que ha roto con Íñigo. Además, Esperanza sigue provocando a Pietro. Esta vez, la empleada de la limpieza le retará a un concurso sobre cultura española para ver quién sabe más.

Por su parte, Teresa parece estar ganando confianza en su relación con Trini y le llega a confesar que en el pasado sufrió por amor. En la corrala, el taller de costura de Rosario acoge nuevos clientes como Josefa y don Cecilio, que nunca falla en sus visitas habituales.