El fuerte rechazo de Jesús le aleja de Julia en 'Sueños de libertad': ¿Le contará la verdad?

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El personaje de Jesús en la serie Sueños de libertad no podría estar más atrapado en su henchido orgullo. El empresario de la ficción de época, que Antena 3 emite entre semana a las 15:45 horas, descubrió recientemente que él no era el padre biológico de Julia, y desde entonces, el marido de Begoña no ha podido evitar mirar a la niña con otros ojos. En el capítulo emitido este lunes, el mayor de los De la Reina la ha tomado contra su única heredera.

El episodio del melodrama protagonizado por Natalia Sánchez, Alain Hernández y Dani Tatay, ha comenzado cuando Begoña ha encontrado a Julia en el salón, después de su fiesta de cumpleaños. La pobre niña echaba de menos a su padre y se preguntaba por qué no había asistido a un día tan especial. La esposa de Jesús ha intentado justificar su ausencia con el duro trabajo que el padre desempeñaba para que ellas pudiesen tener la mejor vida posible.

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En ese momento, Andrés ha aparecido por la puerta con una cometa entre manos. El cuñado de Begoña se la ha regalado a su sobrina, y se ha inventado una historia sobre un accidente con una máquina en la fábrica, para darle explicaciones a Julia de por qué su padre no estaba allí en esos momentos. Según él, era su hermano único que sabía las instrucciones de la máquina, y todos le miraban con admiración. "Prométeme que nunca dejarás de volar", le ha dicho Andrés a Julia, ante la atenta mirada de Begoña.

De regreso a su dormitorio, Begoña ha preguntado a Jesús por qué no había asistido a la fiesta de su hija. El hombre ha acusado que su esposa estuviese acusándole duramente por ello, y ha reconocido que todavía no sabía cómo manejar que Julia hubiese sido engendrada por Valentín. A la afirmación de Begoña de que aquella seguía siendo su hija, Jesús ha respondido con rotundidad: "No".

Jesús, a Begoña: "Debes creer que soy un monstruo"

Begoña le ha preguntado si acaso la iba a abandonar, y él ha contestado que no sabía qué iba a hacer, pues no podía mirarle aún a la cara. "Ojalá no me hubiera enterado de nada", ha pensado el magnate, "Debes creer que soy un monstruo, ¿verdad?". Pero su esposa le ha prometido que aquel sentimiento pasaría, porque era buen padre, y será como una terrible pesadilla del pasado.

Isidro desiste en su lucha

Entre medias, a Isidro le ha vuelto a dar otra subida de tensión delante de Digna, y el chófer ha tenido que reconocerle al ama de llaves que había dejado de tomarse la medicación. "Ya no tengo ganas de seguir luchando", ha confesado el padre de Fina, "ya no hay nada que me ate a seguir aquí".

Digna, impotente, ha acudido a la cantina en busca de Fina, para contarle lo que su padre le acababa de decir. Sin embargo, la dependienta ha dicho que ahora mismo ella era la última persona que podría hacerle cambiar de opinión. Digna le ha comentado que alguna vez sintió envidia por la relación entre padre e hija que tenían, y que esperaba que pudiesen resolver sus diferencias.

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Ha sido un día fatídico para Fina, quien regresaba de una malograda cita con Mara en Madrid. Jaime ha interrumpido a las amantes, dándole una sorpresa a la hija de Damián, y Fina ha tenido que volverse sola a Toledo. En el coche de regreso, Jaime ha notado que algo no iba bien en su matrimonio con Marta, y le ha confesado que, aunque había tenido oportunidad, muchas veces había decidido no llamarla desde el puerto.

Jaime ha pensado que se habían acostumbrado a vivir el uno sin el otro, y que no sabía nada de la vida de su esposa. Le ha preguntado si acaso tenía amigas. "¿Y amigos?", ha preguntado el doctor Berenguer, tanteando si había tenido alguna aventura. Marta se ha hecho la ofendida, y Jaime ha aprovechado para confesarle que solo una vez, estando borracho y solitario, tuvo algo con otra mujer. Sin embargo, aquella experiencia no había podido borrar su soledad, pues echaba de menos a su esposa.

Sin vuelta atrás para Jesús

De vuelta en la residencia de los De la Reina, Jesús lloraba en su despacho, y ha recordado el momento en el que Julia nació, once años atrás. "Voy a proteger a mi hijo por encima de todo", llegó a decirle el empresario a Damián. Mientras esperaban que Digna les enseñase a la recién nacida, el patriarca le contaba a su hijo que aquel sería el amor más intenso que hubiese experimentado jamás.

Pese a los dulces recuerdos, aquello no ha ablandado el corazón de Jesús. En ese momento, Julia ha sacado a su padre de su ensimismamiento, y le ha pedido que le acompañase a la habitación a leerle un cuento, porque no podía dormir. Jesús ha contestado que tenía mucho trabajo, y la pequeña le ha dicho que lo perdonaba por no haber acudido a su fiesta de cumpleaños, porque sabía que era afortunada de tener a un padre que lo diese todo por ella.

Cuando Julia le ha propuesto que le llevase a merendar a Toledo, Jesús ha vuelto a enfadarse, y la ha tomado contra ella: "Estás a un paso de ser adulta y tienes que madurar", le ha recordado, para que se dejase de "chiquilladas". Cuando el padre ha enviado a la cama a la hija, en silencio, se ha puesto a llorar de nuevo. ¿Recuperará Jesús el amor por su hija? ¿O le dirá algún día que él no es su padre?