¿Suicidio o complot? Teorías y reacciones sobre la muerte de Pía en 'La Promesa'

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Hoy ha sido uno de esos días de infarto en la serie La Promesa. Los personajes de la ficción de época han vivido un duro momento con la muerte de Pía Adarre. Especialmente sus compañeros del servicio, a quienes el marqués de Luján ha rogado que no extendiesen el rumor sobre lo sucedido. Pero en la planta de arriba de la ficción de época que La 1 de Televisión Española emite entre semana en torno a las 17:30 horas, las preocupaciones eran otras, y Alonso ha estado involucrado en la más problemática.

En el capítulo anterior, emitido el pasado lunes, del melodrama protagonizado por Ana Garcés, Arturo García Sancho y Eva Martín, Vera y Jana encontraron el cuerpo desmayado de Pía en su habitación, al lado de un frasco vacío de cicuta. Hoy, Jana le ha tomado el pulso a la criada, y ha confirmado que ni respiraba ni latía su corazón. "Hemos llegado tarde", ha comunicado la novia de Manuel. La chica ha encontrado una nota sobre la cama de Pía, escrita por ella: "Espero que podáis perdonarme por lo que voy a hacer, pero no encuentro otra salida".

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Pía también le pedía a Jana que cuidase de Dieguito, y fuese la madre que ella nunca podría ser. Vera ha osado preguntar lo que nadie quería escuchar y Jana lo ha confirmado: "Doña Pía se ha quitado la vida". Temblando, Vera ha acudido a avisar a Rómulo, y el mayordomo, después de un rato, incrédulo, ha contado a Petra que había sucedido "una desgracia atroz".

Petra se ha tenido que sentar y santiguar: "Eso no puede ser cierto". El ama de llaves ha querido saber cómo había podido quitarse la vida, sin entender cómo podría haber condenado su alma para toda la eternidad. Rómulo ha explicado que se ocuparía de que se le diese sepulcro sin demasiado escándalo, como Alonso había exigido. El mayordomo también le ha pedido a Petra que fuese ella quien se lo contase a Cruz.

La trampa de Ayala

Mientras tanto, Ayala ha agradecido a Margarita que le comprase un valioso jarrón para su residencia principal. El conde ha aprovechado para preguntarle a la madre de Martina si acaso no le gustaría compartir aquel hogar con él. "No vayas tan rápido, Ignacio", le ha frenado los pies la mujer, pensando que todavía tenían que solucionar el odio que Martina les dedicaba.

Ayala, sin embargo, ha creído que Asdrúbal le había caído en gracia a Martina, y que sus problemas se acabarían por sí solos cuando la muchacha consiguiese "una vida propia". Poco después, Martina ha ido al encuentro de Ayala, que estaba reunido con la marquesa, Lorenzo, Margarita y María Antonia. La chica ha preguntado directamente si había sido él quien había pactado su cita con Asdrúbal, y dando algún rodeo, Ignacio ha acabado admitiéndolo.

Alonso ha bajado al servicio para pedirle a los sirvientes que fuesen discretos

Martina le ha preguntado al novio de su madre quién se había creído que era, y él le ha contestado que era alguien que exigía que le tratase con respeto. Acto seguido, Martina le ha dado tal bofetada a su contrincante que ha provocado la sorpresa del resto de los allí presentes. "Una justicia poética", ha comentado Lorenzo.

En ese momento tan inoportuno, Petra se ha acercado a Cruz para decirle que tenía que decirle algo urgente. Retiradas en privado, la marquesa se ha quedado de piedra al escuchar la noticia, y ha tardado muy poco en suponer que a Petra aquello le complacía: "La aborrecías como no te he visto aborrecer a nadie". La señora Arcos ha perjurado que nunca le había deseado la muerte a Pía, pero Cruz le ha recordado la forma en la que la había estado humillando desde que se hizo con el puesto de ama de llaves. "No tenías suficiente", ha malpensado la marquesa, "y por supuesto, tenemos otro escándalo en La Promesa".

Alonso ha bajado a la planta del servicio para pedirle a los sirvientes que fuesen discretos sobre lo que acababa de pasar: la misión era hacer pensar al mundo exterior que Adarre seguía viva, y así evitar el escándalo que los duques de Infantes ya estaban alimentando sobre el apellido Luján.

Curro sobrevive

Muy lejos de allí, Curro ha recuperado el aliento después de casi ser alcanzado, junto a Manuel, por el impacto de un estallido en combate. El chico ha reprochado a su primo que no hubiese dejado de intentar protegerle desde que llegaron a la contienda. A Manuel no le ha quedado otro remedio que confesar que, efectivamente, había acudido hasta allí para alejarle del peligro. El amante de Jana ha intentado convencer a Curro que no podía ir buscando morir, pues la vida podía tornarse maravillosa en cualquier segundo.

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Paco, uno de los compañeros del batallón, le ha hablado a Curro de su querida Matilde, y de cómo se había dado cuenta de que todo lo que le molestaba de ella, ahora le parecía minucias. El joven le ha preguntado a Curro si él no tenía una persona así en Luján, y aunque el hermano de Jana lo ha negado, casi se derrumba en la soledad de sus recuerdos. ¿Estaría pensando en Martina?

El beso de María Antonia y la duda sobre Pía

Y mientras Lope recibía una enorme paliza en la entrada del servicio, por parte del matón al que le debía dinero, en sus aposentos, Cruz le ha explicado a María Antonia que la actitud de Martina, pese a que tuviese razón, le parecía impropio para una señorita de su nobleza. La amiga le ha preparado a la marquesa una infusión para que durmiese bien, y después ha acudido al encuentro de Alonso. El marqués se encontraba pensativo después de un día tan duro, y ella le ha animado a tomarse una copa y brindar.

Alonso ha pensado que María Antonia había sido muy altruista por haber acudido al palacio, y ella ha asegurado que allí se encontraba menos sola, pues las noches le parecían aterradoras tras la muerte de su marido. La mujer ha apelado a la viudedad de Alonso para decirle que también tuvo que sentirse así en su momento. La conmoción ha hecho que Alonso se dejase besar en los labios por María Antonia. ¿Surgirá una sólida relación entre ellos? ¿Cuándo se enterará Cruz de la nueva infidelidad de su marido?

Por otro lado, las redes sociales se han llenado de teorías que indicarían que la muerte de Pía no es real, sino todo un complot urdido entre Alonso, Rómulo, Pellicer y Jana, para alejarla de una vez del peligro que supone la presencia de Gregorio. ¿Está Pía verdaderamente muerta?