El ataque de risa entre Martina y Ayala en las tomas falsas de 'La Promesa', que demuestra su (verdadera) química

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De la enemistad a la amistad hay un paso. Y si no que se lo digan a los personajes de Martina (Amparo Piñero) y el conde de Ayala (Miquel García Borda) de la serie La Promesa. Después de meses llevándose como el perro y el gato en la ficción que La 1 de Televisión Española emite durante las tardes de entre semana, a la 17:30 horas, podría llegar ahora una etapa en la narración en la que ambas partes llegasen a un acuerdo para llevarse bien. Eso, si Martina consigue librarse de la culpa por el extraño envenenamiento del noble.

Como cada domingo, las cuentas de redes sociales de la ficción de época de Bambú Producciones, comparten con sus seguidores (llamados "promisers") un vídeo de tomas falsas para amenizar la espera del siguiente episodio. Ayer, Piñero y García Borda protagonizaron un hilarante momento en que los actores demuestran que, más allá de sus roles, la química entre ellos y en el plató de rodaje es inmejorable.

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La secuencia corresponde a una de las últimas broncas que Ayala mantuvo con Martina. La chica venía en son de paz para pedirle disculpas a Ignacio por haber destrozado su bonsái, pero Ayala terminaba gritándole por sus vanos esfuerzos de llevarse bien con ella, y así tener su bendición para casarse con Margarita (Cristina Fernández Pintado), la madre de la joven.

Una salida inesperada

La discusión se va acalorando entre ellos dos: Martina le reprocha a él que le haga regalos caros para doblegar su voluntad y que le caiga mejor el señor, como también le echa en cara que llegase a buscarle una cita con el hijo de los duques de Caicedo, para despistarla de las preocupaciones sobre el emparejamiento de su madre.

Ayala defiende que aquello lo hizo por su bien. "Preocúpese por lo que quiero, por lo que no quiero, por lo que deseo, por lo que me preocupa", decía Piñero de seguido, alzando cada vez más voz. A García Borda le tocaba dar la réplica, diciendo que cómo iba a saber aquello, si cada vez que intentaba acercarse a ella, se terminaba alejando.

García Borda acaba distrayéndose de la línea de guion que le tocaba decir

Pero el actor catalán, también visto en series como Hospital Central o El secreto de Puente Viejo, acaba distrayéndose de la línea de guion que le tocaba decir, lo que le lleva a soltar una serie de onomatopeyas sin sentido, con el mismo tono de disgusto, lo que acaba provocando el ataque de risa de Piñero.

Tras este gran momento, se comprueba que la relación entre ambos actores nada tiene que ver a la de sus roles. Mientras que la tensión puede cortarse con un cuchillo entre sus personajes, el "detrás de las cámaras" muestra nuevamente a los espectadores la complicación de llevar a cabo una serie diaria, en la que los intérpretes deben memorizar sus líneas en un tiempo casi récord, y la buena química del rodaje cuando alguien se equivoca.

¿Llegarán a esta buena relación algún día Martína y Ayala? ¿O podrá demostrar la joven finalmente las verdaderas y perversas intenciones del conde?