Acaba de ganar el Tony a Mejor Actor, y protagoniza la serie LGTBIQ+ de Max que no te puedes perder

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Quizás el nombre de Jonathan Groff no suene de primeras al público español, pero a este actor estadounidense se le podría reconocer por haber dado voz, durante las dos películas de Frozen, al personaje de Kristoff. Después de una labrada carrera en la que ha combinado cine, series, doblaje y musicales de Broadway, la madrugada del pasado lunes el intérprete ganaba su primer Tony al Mejor Actor por su actuación en la obra de Stephen Sondheim, Merrily we roll along, en la que compartía escenario con el también premiado Daniel Radcliffe.

Groff emitió un emotivo discurso de agradecimiento al recoger su premio, en el que hacía un repaso mental de sus veinte años de carrera en Broadway: desde sus inicios sirviendo mesas, hasta que fuese seleccionado para formar parte de algunas de las obras más notorias del epicentro cultural neoyorkino, como Spring awakening o Hamilton.

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Pero el actor de Pensilvania ha conseguido hacerse un hueco más allá de las tablas, especialmente en el audiovisual, donde ha protagonizado la película de terror Llaman a la puerta, de M. Night Shyamalan, director de El sexto sentido. En televisión, llegó a formar parte del elenco de Glee durante catorce episodios, y se le puede reconocer fácilmente como el obsesivo investigador del FBI, Holden Ford, en la policíaca de Netflix, Mindhunter.

En 2014, además, protagonizó una de las series de HBO que el colectivo LGTBIQ+ ha llegado a abanderar como un referente cultural. Groff asumía el papel de Patrick Murray, un joven de San Francisco que navega por las complejidades de la vida moderna mientras busca el amor, junto a sus amigos, Agustín y Dom. Tres hombres que, aunque distintos en personalidad y objetivos, comparten un profundo vínculo y la necesidad de encontrar su lugar en el mundo.

HBO decidió no renovarla, pero permitió que la historia tuviese un cierre especial

Patrick es desarrollador de videojuegos, un hombre dulce y algo ingenuo que busca estabilidad emocional. Su vida amorosa es una montaña rusa de citas, relaciones fallidas y momentos de autodescubrimiento. A medida que avanza la serie, Patrick se enfrenta a dilemas que desafían sus creencias sobre el amor y la fidelidad, especialmente cuando se ve atrapado entre Richie, un peluquero carismático, y Kevin, su encantador pero complicado jefe.

Agustín (Frankie J. Alvarez), el más artístico del grupo, es un aspirante a artista que lucha por encontrar su voz creativa y su identidad personal. Dom (Murray Bartlett), el mayor del grupo, es un camarero que se acerca a los cuarenta años con sueños de abrir su propio restaurante. A lo largo de la serie, lidia con los desafíos de la edad, la ambición y las relaciones pasadas.

Con un final especial

La ficción explora la dinámica de la amistad entre los tres protagonistas. A través de altibajos, discusiones y reconciliaciones, su vínculo se fortalece y se pone a prueba. La representación sincera y realista de sus interacciones muestra la importancia del apoyo mutuo y la camaradería en la búsqueda de la felicidad personal.

El entorno de San Francisco juega un papel crucial en la narrativa, proporcionando un telón de fondo vibrante y diverso que refleja la riqueza cultural y la apertura de la comunidad LGBTIQ+ en tiempos contemporáneos. La producción captura la esencia de la ciudad, desde sus calles emblemáticas hasta sus espacios culturales y sociales.

La serie lleva por título Looking, y consta de dos temporadas de nueve capítulos cada una. En 2015, HBO decidió no renovarla por una tercera temporada, pero sí permitió que la historia de los tres amigos tuviese su cierre a través de una película (Looking, la película). Con el tiempo, las grandes actuaciones de su reparto protagonista y la veracidad de las emociones que plasman han erigido la obra de Andrew High como un icono imperdible de la televisión. Está disponible en Max y Movistar Plus+, bajo suscripción.