Roser Tapias, de 'Sueños de libertad': "Veremos a una María totalmente descontrolada y desatada"

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La barcelonesa Roser Tapias se incorporó a la serie Sueños de libertad cuando ya había comenzado, pero su personaje de María Duque no tardó en hacerse notar. La esposa de Andrés de la Reina (Dani Tatay) en la ficción de sobremesa de los días de entre semana de Antena 3 ha vivido lo insufrible desde que llegó a la gran casa de Toledo y, sin embargo, podría considerarse que es una de las villanas del relato, protagonizado también por Natalia Sánchez y Alain Hernández.

Recién llegada desde Jaca, la hija del capitán Duque llegó para hacerle la vida más complicada a su marido, locamente enamorado de su cuñada. Ahora que las cartas se han mostrado sobre la mesa, a María le espera un largo camino de reconquista, en el que no dejará escapar ninguna oportunidad. Pero será un camino lleno de curvas.

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Tapias, quien ya apareció en otras series diarias como Amar es para siempre, o El secreto de Puente Viejo, ha dedicado unos minutos a EL CONFI TV. La actriz ha desvelado el futuro que le espera a la más despechada de la ficción de época de Diagonal TV, pero también ha hablado de la parte más humana de su personaje, tan arraigado a la época que se retrata, y de sus propios recursos artísticos para llevar a la pantalla un personaje más complejo de lo que pudiera parecer en un primer momento.

PREGUNTA. Ya van muchas series diarias a tus espaldas. ¿Qué es lo que más te gusta de este tipo de interpretación, en este formato?

RESPUESTA. Hay poco tiempo de preparación. Esto tiene su parte negativa, y es que puedes hacer poco proceso de investigación, y ensayo y error, pero también es verdad que te da una oportunidad de trabajar con la inmediatez y la espontaneidad, que para un actor es muy catártico y muy interesante. Cada día es como andar por la cuerda del funambulista, como intentando hacer equilibrios. Y claro, te engancha, es muy adrenalínico.

También hay una cosa que me gusta mucho, que es que en un proyecto de este tipo no conoces realmente el arco del personaje, porque es tan largo, que conoces el punto de partida, pero no sabes a dónde va a llegar. Y hay una parte muy bonita del proceso, que es ir descubriendo al personaje a medida que lo vas interpretando y de ir tú misma viendo el camino que los guionistas hacen por ti. Es muy chulo porque nunca puedes apalancarte ni acomodarte. No sabes lo que te va a venir.

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P. Además, es muy bonito que los actores le vais dando forma al personaje y los guionistas deben ir enamorándose de ese personaje que les vais devolviendo.

R. Estoy segura. Yo creo que es un intercambio que, dependiendo de lo que ellos nos den, nosotros damos algo, y al revés. Y se construye un poco a cuatro manos o a diez manos. Para eso hay que estar muy disponible, muy maleable y dejarse sorprender. No dar por sentado que conoces un personaje a la perfección, porque te cierras a muchísimas posibilidades que te van brindando.

P. María Duque es uno de los personajes más complicados de la serie, como la esposa despechada, pero además tienes que darle ese matiz humano por el que el espectador es capad de entenderla, e incluso de ponerse en su piel. ¿Cómo te has preparado el personaje?

R. Es uno de los personajes más complejos a los que me he enfrentado. En escala de valores, se aleja bastante de mí, y eso hace que tenga que hacer un trabajo extra de no juzgar y de distanciarme lo suficiente como para comprometerte de una forma profunda con el personaje. Es verdad que, como actriz, tengo que entender perfectamente todas las motivaciones de María, y por qué hace lo que hace por muy retorcidos que sean sus actos, porque si no los comprendo tampoco me veo con la capacidad de poderlos defender. Es verdad que este personaje está escrito para ser uno de los villanos de la historia, pero lo que intento es darle algo de profundidad para que se pueda entender de dónde viene esa maldad.

"Como actriz, tengo que entender perfectamente todas las motivaciones de María"

P. Con el personaje de Jaime (Jesús Olmedo) también comparte esto de ser la parte despechada de la pareja. ¿Crees que podrían hacer una alianza entre ellos?

R. Es verdad, también con Jesús [Alain Hernández], en cierto modo. Yo creo que las emociones que experimenta María no son extrañas teniendo en cuenta la situación que vive. Al final, ella misma es consciente de que hay una historia entre su marido y su cuñada, pero su marido le dice que no es verdad, y ella empieza a dudar de su percepción de la realidad. No sabe bien donde agarrarse. Creo que le falta algo de inteligencia emocional, algo de autocontrol a la hora de reaccionar ante esta situación.

También es verdad que te tienes que poner las gafas de los años cincuenta, en los que el valor de la mujer estaba en ser una buena esposa, que es lo que intenta la pobre sin mucho éxito. Ella sabe que el divorcio, aparte de ser ilegal, es un pecado, una vergüenza. Entonces, hay que juzgarlo en especial perspectiva, sobre todo porque es un personaje muy, muy arraigado a la época.

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P. Además, María es un personaje con muchísimo drama, ¿cómo llevas estas partes en las que te toca llorar, o reaccionar con sorpresa?

R. Con el tema de la emoción, creo que es importante como actor no poner resistencias, si uno no se quiere bloquear. Si un guion está bien escrito, el actor está abierto, está vulnerable, y al final la emoción sale sola. Las palabras tienen mucho poder y te sirven de trampolín para llegar a según qué lugares. En este sentido no me resulta complicado. Sí que es verdad que suelen darme ese tipo de personajes, siempre muy al límite. También el código lo requiere como culebrón. Pero tengo que decir que hay emociones mucho más complicadas de interpretar, como el miedo o la vergüenza.

María será capaz de lo que sea para retener a su marido

P. Es curioso, porque como espectadores llama mucho la atención cuando un personaje se deja llevar por la lágrima.

R. Es que es muy efectista. Es una reacción fisiológica tan evidente que es algo muy atractivo. Siempre he pensado que hacer comedia es mucho más difícil que hacer drama. Depende del tipo de actor que seas, pero en este caso no me supone un gran esfuerzo. Sí que es verdad que acabas muy cansado. El cuerpo tiene memoria, y si has estado interpretando un ataque de ansiedad durante horas, por mucho que no te lleves a casa el personaje, tu cuerpo ha pasado por esta situación, y se acuerda. Eso sí que es complicado.

P. Después de los últimos eventos que se han emitido en Antena 3, parece que comienza una nueva etapa, en la que María tendrá que ganarse de nuevo el corazón de Andrés. ¿Cómo se las apañará? ¿Qué María veremos de aquí en adelante?

R. Creo que veremos a una María totalmente descontrolada y desatada, en el sentido de que será capaz de lo que sea para retener a su marido. De llegar a límites bastante bestias, difíciles de justificar, cuando el fin no justifica los medios.

P. Con Gema las cosas tampoco van muy bien. ¿Ayudará María a sacar el diamante en bruto que hay en ella, o más bien le terminará de hundir?

R. La relación entre Gema y María es totalmente tóxica, y con un punto de abuso de poder importante. Yo creo que, a pesar de eso, se necesitan las dos. Gema la necesita a ella para ser la señora que siempre ha querido ser, y María necesita a Gema porque está sola, no tiene a nadie. No solo en esa casa, sino que sus padres murieron. La pobre intenta buscar su sitio y la única persona que tiene cerca es Gema, que se lleva todos los palos. Al final es una relación de amor-odio y de apego. Yo creo que hay relación para rato, aunque estén como el perro y el gato.

P. ¿Qué tal es trabajar con Agnes Llobet (Gema, en la ficción)?

R. Ha sido un regalo. Yo creo que era un dúo complicado, porque son dos personajes que no son fáciles, y juntarlos, además, podía ser complicado, y creo que ha funcionado superbién. Nosotras como actrices nos hemos entendido muchísimo y además hemos creado una amistad muy fuerte fuera, para que tampoco nos influyan estos malos rollos. Aprendo muchísimo de ella cada día, es una barbaridad.

P. Y de la amistad a la enemistad. ¿Llegarán a las manos Begoña (Natalia Sánchez) y María, o qué pasará entre ellas dos?

R. Yo creo que ganas a María no le faltan. Begoña, por suerte, es un poco más serena y con una mentalidad más madura, emocionalmente. Yo creo que este contraste es muy interesante también de ver: cómo dos mujeres distintas, en una misma época, luchan por su propio sueño de libertad. Pero María sí que es verdad que busca mucha rivalidad con ella. Le cuesta culpabilizar a su marido de lo que está pasando, y culpabiliza más a Begoña. Pero bueno, esto pasaba entonces, y me atrevo a decir que también pasa ahora, a veces.