Marta y Fina, más cerca de la cárcel en 'Sueños de libertad': "La verdad siempre acaba saliendo a la luz"

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Los seguidores de Sueños de libertad deben haber pasado veinticuatro horas de infarto, debido a los acontecimientos en el último episodio de la serie que Antena 3 emite entre semana a las 15:45 horas. Ahora que por fin ha llegado el capítulo de este martes, se sabe cuál ha sido la reacción del personaje de Jaime ante la gran pillada de Marta y Fina, manteniendo un arrebatador beso. Y como cabía esperar, la actitud del doctor Berenguer no ha sido la más agradable.

El capítulo de la ficción de época protagonizada por Natalia Sánchez, Alain Hernández y Dani Tatay, entre otros intérpretes, ha comenzado en el dormitorio de Jesús, donde Marta ha pedido disculpas a su marido por ausentarse ante la cita que tenían pendiente en Madrid. "Tú no te cansas de mentir", ha comentado el ex marino, escuchando las burdas excusas de su esposa, "te vi con Fina".

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Marta ha intentado salir por la tangente, alegando que Fina solo era una compañera de trabajo, y Jaime ha aclarado que lo vio todo con sus ojos. "¿Vas besando así a todas tus empleadas?", ha preguntado el irónico marido. El hombre ha entendido por fin que los gustos de Marta iban por "otros derroteros", y ha comentado que dolía mucho, pero que al menos ahora todo tenía sentido el hecho de que, por más que se esforzase, nunca parecía estar a su altura.

"¿Te gustan las mujeres?", le ha preguntado directamente a Marta, pidiéndole que dejase de tratarle como a un idiota. La empresaria ha contestado que Fina había sido la primera mujer con la que había estado, y que en ausencia de Jaime acabaron muy unidas. Jaime ha reprochado a Marta haberse enterado de esta forma, y ella le ha contestado que la historia entre las amantes ya había acabado, y ahora quería apostar por su matrimonio.

Jaime se ha sentido humillado porque Marta le hubiese abandonado por una mujer

Jaime, sin embargo, no quería conformarse con las migajas: si Marta no le había querido aún, no lo haría nunca. "Yo sí me casé enamorado de ti", ha retomado el médico la conversación, en el despacho de su esposa, "resulta que el problema eres tú". Jaime se ha sentido humillado porque Marta le hubiese abandonado por una mujer, y ha dejado claro que sus planes para formar una familia ya no tendrían salida alguna. El marido ha amenazado con contárselo todo a Damián, lo que cumpliría con el gran terror de Marta: “La verdad siempre acaba saliendo a la luz, ¿verdad?”. ¿Moverá ficha Jaime al respecto?

Mentiras matrimoniales

María se estaba mirando de reojo la tripa reflejada en la cristalera, y Gema, que la ha visto, ha juzgado cómo podía seguir con aquella mentira. La chica de Jaca ha contado a su amiga que estaba a la espera de que su estrategia diese efecto. También ha reprochado a la sirvienta que no le dejase soñar, cuando ella misma se marchaba cada dos por tres a Madrid, fingiendo ser una persona de alta clase que no era.

Gema le ha reconocido a la esposa de Andrés que había conocido a Ernesto, un hombre que le había invitado a una fiesta, y María le ha aconsejado que tuviese cuidado, pues si seguía caminando en aquel rumbo, no podría volver después. La sirvienta ha decidido ignorar aquel consejo, y ha acabado marchándose sola a su cita en el barrio de Salamanca, pese a los intentos de Joaquín de acompañarla para pasar tiempo de calidad con ella. ¿Le será infiel Gema?

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La estrategia de María, no obstante, ha caído en saco roto. La chica pidió a Begoña que le dijese a Andrés que tenían que marcharse de Toledo, pero hoy, el ex militar ha asegurado que no se iría a Olite. "¿Te lo ha pedido ella?", ha cuestionado, enfadada, la esposa, deduciendo que él seguía enamorado de su cuñada. María ha alegado que necesitaba distanciarse de aquella casa y de Begoña. "Nadie me ha hecho más daño que tú en la vida", ha acusado ella a Andrés, advirtiendo de que su matrimonio no era algo que se iba a saltar a la torera, y que no pensaba mirar hacia otro lado.

Por su parte, Damián ha querido reunir a sus hijos en un desayuno especial, donde Andrés ha anunciado que no se marcharía a Olite y que, en cambio, había pensado en contratar a un antiguo empleado para que llevase la construcción de la destilería allí. Jesús le ha reprochado a su hermano que tomase decisiones unilateralmente, aunque Marta se ha alegrado de que su hermano se quedase en Toledo.

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Después, el patrón ha acudido a visitar al enfermo Isidro, a quien le ha reconocido que tenía un hijo bastardo, Tasio. Lo que más le llamaba la atención, era que el que parecía más feliz de todos sus hijos, era precisamente el que se había criado alejado del seno familiar. "Ojalá hubiera dedicado más tiempo a conocerle", ha expresado Damián, a lo que el chófer le ha contestado que nunca era tarde para ello.

En el dormitorio de Begoña, Jesús ha forzado hacer las paces con Julia, a quien le ha dicho lo mucho que le quería y lo arrepentido que estaba de haberse portado mal con ella. Begoña, que lo ha escuchado todo, no ha podido hacer las paces tan fácilmente con su marido: a diferencia de la niña, ella recordaba "cada segundo" de lo que había sucedido en el monte. Aunque Jesús le ha dicho que no podía seguir adelante sin su perdón, ella le ha asegurado que no lo iba a tener.

¿Es Jaime un hombre bueno?

En la tienda, Marta se ha cerciorado de que nadie cerca le escuchaba hablar con Fina. La jefa le ha contado a Fina que Jaime les vio besarles. La dependienta se ha sorprendido, y ha preguntado si el marido lo iba a contar a los cuatro vientos. Marta ha defendido al doctor, diciendo que era un hombre bueno, y que había tratado de convencerle de que ya no estaban enamoradas. "Él no es así", ha asegurado Marta, "no es vengativo".

¿Pero y si fallan sus pronósticos, y alguien acaba enterándose del affaire entre las dos mujeres? Siendo las relaciones homosexuales un delito penal en aquella época, ¿acabarán Marta y Fina en la cárcel?