El botón que está desapareciendo de los aviones de pasajeros de todo el mundo

Si usted es un pasajero habitual de aviones de distintas compañías, es posible que se haya dado cuenta de que, de un tiempo a esta parte, algunas cosas están cambiando. No solo se trata de los controles cada vez más exhaustivos en los aeropuertos o las filigranas que algunos viajeros hacen para no pagar por su exceso de equipaje. Se trata de un botón.

Sí, un botón que durante décadas ha acompañado a millones de pasajeros en todo el mundo… y que ha levantado no pocas polémicas a bordo de decenas de aviones. Se trata del botón que servía para reclinar nuestro asiento hacia atrás… invadiendo, de paso, buena parte del espacio de la persona que iba sentada justo a nuestra espalda. Pues bien, ese botón ya es historia en muchos aviones modernos.

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Las razones son variadas, pero tienen que ver mucho con el día a día de las aerolíneas, sobre todo desde el punto de vista económico. Por una parte, los asientos que llevan ese botón incorporan un mecanismo que hay que revisar cada cierto tiempo, por lo que al eliminarlo se ahorran unos costes de mantenimiento más o menos importantes.

El botón de la discordia

Por otra parte, los asientos que incorporan la posibilidad de reclinarse pesan bastante más que los modelos más modernos, que no suelen sobrepasar los 10 kilos de peso. Al sustituir decenas o incluso cientos de asientos más pesados por otros más ligeros se reduce una buena cantidad de peso y eso supone un gran ahorro en el consumo de combustible, lo que significa mucho dinero a lo largo del año.

Una tercera razón hay que buscarla en los problemas que el botón de reclinar provoca entre los pasajeros. Algunas personas no están dispuestas a soportar que su vecino de asiento invada su espacio, por lo que las azafatas tienen que dedicar buena parte de su tiempo a intervenir en disputas que parecen sacadas del patio de un colegio. Hasta aquí, todo ventajas para las aerolíneas.

Pero para los pasajeros, también hay buenas noticias. Los asientos más modernos vienen diseñados con una posición a medio camino entre la rigidez del ángulo recto y la apertura máxima que se lograba al reclinar el asiento, por lo que los viajes son más cómodos. Y esos asientos son un poco más estrechos que los antiguos, por lo que ocupan menos espacio y, por tanto, permiten colocar más asientos en los aviones, consiguiendo aumentar el número de viajeros y, por tanto, de ingresos para las compañías.

Los nuevos asientos pre-reclinados son ideales para vuelos cortos o de pocas horas

Mark Hiller, director ejecutivo de Recaro, una de las empresas que diseñan estos nuevos asientos, explica a la CNN que "cada aerolínea puede elegir una posición de ángulo de respaldo predefinida de 15 o 18 grados dentro del proceso de configuración del asiento. Esto ayuda a brindar más comodidad a través de un mayor ángulo del respaldo o cumplir con diseños especiales con recuentos específicos de pasajeros. La principal ventaja es un mayor espacio habitable, ya que la reclinación no interfiere en el espacio habitable del pasajero". Además, se reducen los costes al reducirse tanto el mantenimiento como el peso.

Sin embargo, los expertos apuntan a que estos "asientos pre-reclinados" solo son ideales para vuelos cortos o de pocas horas de duración. Para desplazamientos largos los asientos con el botón de reclinar se siguen antojando imprescindibles… al menos hasta que la industria de la aviación comercial descubra una nueva fórmula para que la comodidad de los pasajeros se pueda compaginar con la de sus vecinos de asiento y con el ahorro de costes.