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Por qué deberías visitar Praga este verano si siempre has querido hacerlo
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Por qué deberías visitar Praga este verano si siempre has querido hacerlo

La capital europea celebra el centenario de la muerte de su escritor más afamado, por lo que es el mejor momento para disfrutar de sus calles, cultura y gastronomía

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"La de los oscuros rincones, los pasajes misteriosos, las ventanas ciegas, los patios sucios, las tabernas ruidosas y las pensiones herméticas". Esta es una de las pocas descripciones de Praga que podemos encontrar en los escritos de su literato más universal: Franz Kafka. Para el autor de La metamorfosis, su ciudad natal en la época en la que nació (a finales del siglo XIX) era muy diferente a la que aparece en los portales turísticos. Un escritor atormentado como él, creador de novelas densas y claustrofóbicas, difícilmente vería con buenos ojos aquella vieja Europa que imaginamos a través de sus relatos y los libros de historia.

Precisamente, esa zona que describía era el antiguo gueto, del que ahora solo quedan varias sinagogas y el cementerio judío. Así lo certifica Paul Sullivan, periodista del rotativo británico The Guardian, quien viajó expresamente hasta la capital de República Checa para retratar lo que se está viviendo este año allí con motivo del centenario de la muerte del autor. Ahora, ese gueto judío que calificaba con tanta negatividad está completamente reformado, con "hermosos edificios de art nouveau que albergan cafeterías, tiendas y restaurantes".

Sullivan ha recorrido las calles de Praga por las que paseaba Kafka y visitado los sitios más conocidos en los que se sentaba a escribir. "En el número 30 del bulevar Pařížská, donde ahora se encuentra el Hoterl InterContinental, escribió El proceso en una sola noche, y su novela más conocida, La metamorfosis, en el otro extremo de la calle", asegura, deteniéndose en cada uno de esos lugares.

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Por tanto, si siempre has querido viajar a esta capital europea, pero nunca se ha dado la oportunidad, y si además eres un auténtico entusiasta de Kafka, este año es el momento idóneo para realizar una visita a este punto de Europa Central que se ha engalanado con motivo del centenario de la muerte del escritor. La primera parada de visita obligada sería la Plaza de la Ciudad Vieja, en la que siempre hay turistas y admiradores de Kafka, ya que aquí se encuentra una réplica de la casa en la que vivió.

El barrio judío de Josefov

Kafka pasó la mayor parte de su vida en el barrio judío de Josefov, estudiando en un gimnasio alemán en la Plaza de la Ciudad Vieja y trabajando como empleado de un seguro de accidentes hasta que se vio obligado a jubilarse por problemas de salud en 1922. En una de las calles centrales del barrio está el monumento más famoso, una estatua de bronce en la calle Dušní, y a pocos metros se encuentra la casa en la que vivió y que alberga una exposición con fotografías, objetos de la vida judía en Praga y una cronología de la biografía del autor.

placeholder La Torre de la Pólvora de Praga. (iStock)
La Torre de la Pólvora de Praga. (iStock)

Si el visitante desea contemplar el Josefov desde lo alto, solo tiene que subir los 186 escalones de la Torre de la Pólvora, otro de los principales recursos turísticos de la ciudad, llamada así porque en el siglo XVII fue utilizada como un almacén de pólvora. Desde sus alturas también hay una panorámica del río Moldava a su paso por toda la ciudad inigualable. Por si fuera poco, dentro de la torre los visitantes pueden explorar exposiciones que detallan su historia y su papel militar desde la Edad Media hasta nuestros días.

placeholder Vistas desde el Puente de Carlos al atardecer. (iStock)
Vistas desde el Puente de Carlos al atardecer. (iStock)

Otro de los grandes recursos turísticos de Praga, al margen de Kafka, es el Puente de Carlos, una de las estructuras más icónicas de la ciudad. Se trata de una joya de la arquitectura medieval que conecta la Ciudad Vieja con el popular barrio de Malá Stranaa. Por sus 516 metros de largo y casi 10 metros de ancho, el visitante podrá caminar entre sus estatuas y esculturas que representan santos y figuras religiosas, aunque muchas de las originales hayan sido sustituidas por réplicas. Si eres un apasionado de la fotografía, se recomienda ir al atardecer para captar desde el mismo el Castillo de Praga o la Catedral de San Vito, junto con más edificios y techos rojos del casco antiguo.

"La de los oscuros rincones, los pasajes misteriosos, las ventanas ciegas, los patios sucios, las tabernas ruidosas y las pensiones herméticas". Esta es una de las pocas descripciones de Praga que podemos encontrar en los escritos de su literato más universal: Franz Kafka. Para el autor de La metamorfosis, su ciudad natal en la época en la que nació (a finales del siglo XIX) era muy diferente a la que aparece en los portales turísticos. Un escritor atormentado como él, creador de novelas densas y claustrofóbicas, difícilmente vería con buenos ojos aquella vieja Europa que imaginamos a través de sus relatos y los libros de historia.

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