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Ni el Henares ni el Sorbe: este es el río escondido cerca de Madrid en el que darte un refrescante baño
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Ni el Henares ni el Sorbe: este es el río escondido cerca de Madrid en el que darte un refrescante baño

Para aquellos que buscan escapar del calor y sumergirse en la naturaleza, el Alto Tajo es el secreto mejor guardado de la provincia, cercana a Madrid

Foto: Este es el río en el que darte un refrescante baño en la provincia de Guadalajara. (Cañón del Tajo)
Este es el río en el que darte un refrescante baño en la provincia de Guadalajara. (Cañón del Tajo)

En la provincia de Guadalajara hay numerosos ríos, como el Henares o el Sorbe, pero el Tajo es, sin duda, el lugar perfecto donde darte un chapuzón refrescante. Este río, que serpentea por el Parque Natural del Alto Tajo, es un destino imperdible para los amantes de la naturaleza y los entusiastas de los baños en aguas cristalinas.

Con su origen en Teruel y un recorrido de casi mil kilómetros hasta el Atlántico, revela en su curso alto un paisaje de ensueño. Al adentrarse en Castilla-La Mancha, el Tajo se rodea de un vasto parque natural de 105.000 hectáreas, con 69.000 adicionales de protección periférica. Este paraje es un verdadero teatro de los sueños, donde el río ha moldeado paisajes deslumbrantes a lo largo de millones de años.

Entre las provincias de Cuenca y Guadalajara, el Tajo ha tallado el impresionante Barranco del Horcajo, un estrecho de paredes verticales que acoge al río en su travesía. Aquí, el agua transparente y verde crea pozas perfectas para un chapuzón refrescante, rodeadas de troncos sumergidos y rocas que sirven de refugio a nutrias, truchas y mirlos acuáticos.

Peralejos de las Truchas es uno de los pueblos más encantadores en las cercanías del Alto Tajo. Este pueblo, conocido por su arquitectura tradicional y su tranquilidad, se convierte en un animado centro de veraneantes durante el mes de agosto. Además, es famoso por su conexión con el escritor José Luis Sampedro, quien inmortalizó la región en su novela El río que nos lleva.

Chequilla, otro de los tesoros del Parque Natural del Alto Tajo, ofrece un contraste con su silencio y su paisaje de arenisca roja, conocido como la Pequeña Ciudad Encantada. Este lugar, moldeado por antiguos ríos, presenta formaciones rocosas de figuras caprichosas que invitan a la imaginación.

El santuario de la Virgen de la Hoz, situado en un impresionante pináculo de piedra, es otro punto destacado del recorrido. Los senderos bien señalizados permiten a los visitantes explorar los miradores y abismos del Alto Tajo, acompañados por el sonido del río Gallo en el fondo del barranco y la presencia majestuosa de aves rapaces.

El puente de San Pedro, cerca de Zaorejas, es un lugar popular entre los bañistas. Aquí, el Tajo se ensancha, ofreciendo aguas puras y frescas ideales para un baño revitalizante. Los miradores cercanos brindan vistas espectaculares del paisaje tallado por el río, completando una experiencia que combina la frescura del agua con la belleza natural de la región.

Antes de dar su definitivo giro hacia el oeste, el Tajo se entretiene en las cercanías de Ocentejo, donde se encuentra el Hundido de Armallones. Este cañón, apreciado por su lección de geografía, geología, botánica y etnología, ofrece un recorrido de poco más de seis kilómetros lleno de paisajes impresionantes. Este enclave es uno de los favoritos de los amantes de la naturaleza y los baños en aguas cristalinas, proporcionando un entorno inigualable para disfrutar de la pureza y frescura del Tajo.

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