Ni Besalú ni Pals: la joya medieval menos conocida de Cataluña que regala un paseo por su historia

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Cataluña es famosa por sus fascinantes pueblos medievales, con Besalú y Pals como dos de los más conocidos. Sin embargo, en el corazón de la comarca de La Garrotxa, en la provincia de Girona, se esconde otro tesoro histórico que merece ser descubierto.

El destino del que hablamos es Santa Pau, un encantador pueblo que destaca por su autenticidad y su excelente conservación. Rodeado por el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, este rincón catalán brinda a sus visitantes un viaje en el tiempo, donde las estrechas calles empedradas y las antiguas construcciones de piedra son protagonistas.

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En Santa Pau, la historia está presente en cada rincón. El imponente castillo del siglo XIII, que domina la plaza mayor, es uno de los principales atractivos. Este castillo, que ha sido restaurado en varias ocasiones, ofrece una vista privilegiada del núcleo histórico del pueblo, y ha sido declarado bien cultural de interés nacional de Cataluña. Además, la iglesia de Santa María, con elementos góticos y románicos, destaca por su belleza y su estado de conservación.

Un aspecto relevante de Santa Pau es el proyecto de micromecenazgo para salvar su castillo histórico. Este proyecto busca abrir el castillo al público, generar actividad socioeconómica en la zona y establecer un espacio museístico histórico-cultural, incluyendo un memorial para las víctimas de los campos de concentración de la Alemania nazi, que formaría parte de una ruta de memoria en el norte de Cataluña. Esta iniciativa no solo pretende recuperar un espacio patrimonial de gran valor, sino también convertir el castillo en un elemento vertebrador de la actividad social de Santa Pau y su comarca.

Arquitectura y naturaleza en armonía

El encanto de Santa Pau no se limita a sus edificios históricos. El pueblo está rodeado por un paisaje natural impresionante, gracias a su ubicación en el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. Este parque es famoso por sus conos volcánicos y sus frondosos bosques, que ofrecen múltiples rutas de senderismo y actividades al aire libre para toda la familia.

Pasear por las calles de Santa Pau es como viajar al pasado. Las calles empedradas y las casas de piedra crean una atmósfera que parece detenida en el tiempo. La Plaza Mayor, con sus arcos y portales, es el corazón del pueblo y un lugar perfecto para disfrutar de la tranquilidad y el ambiente medieval.

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P. M.

Además de su riqueza histórica y natural, Santa Pau también es conocido por su gastronomía. Los visitantes pueden disfrutar de platos tradicionales catalanes en los restaurantes locales, muchos de los cuales utilizan productos frescos y de la región, incluyendo los populares Fesols de Santa Pau, unas judías blancas que se cultivan en suelo volcánico. La gastronomía de la Garrotxa es un atractivo adicional para quienes visitan este encantador pueblo.

Las actividades en Santa Pau son variadas. Desde visitas guiadas por el casco antiguo, donde se puede aprender sobre la historia y las leyendas del pueblo, hasta excursiones por los alrededores volcánicos. Los paseos en globo aerostático son una opción popular, ofreciendo vistas panorámicas del parque natural y del pueblo desde el aire.