¿Comprar casa en Polonia? Los españoles multiplican sus inversiones inmobiliarias en el extranjero

Con las nubes que se ciernen sobre el mercado inmobiliario español, no sólo los extranjeros han decidido buscar nuevas oportunidades de negocio fuera de nuestras fronteras. Los inversores españoles –grandes y pequeños- también han intensificado sus compras inmobiliarias fuera de España en los últimos dos años.

El flujo de inversiones se ha multiplicado por cuatro desde 2002 hasta 2005, al pasar de 372 a 1.525 millones de euros. Además, según las cifras que maneja la entidad que preside Jaime Caruana, este año podrían batirse nuevos records si el volumen de inversión registrado durante el primer trimestre de 2006 se mantiene a lo largo de todo el año, ya que, entre enero y marzo, ya se han invertido 474 millones de euros, un 120% más que en los mismos meses de 2005.

Este interés de los españoles por los inmuebles en el extranjero va más allá de la pura anécdota. Así las cosas, el año pasado, las actividades inmobiliarias fueron el tercer sector de destino de la inversión exterior (el 19,1% del total), sólo por detrás de los transportes y comunicaciones (35,1%) y la intermediación financiera, banca y seguros (22,6%), según la Secretaría de Estado de Turismo y Comercio.

Papel de las promotoras españolas

Cada vez son más las inmobiliarias españolas que saltan la frontera para acometer inversiones y nuevos proyectos. Europa Central y del Este, Portugal, Francia, México o Brasil, entre muchos otros países, están en su punto de mira. “En la expansión internacional se distinguen dos grandes tipos de mercado de destino”, explican desde la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid (ASPRIMA). Por un lado están los consolidados -principalmente Francia-, “en los que las compañías españolas buscan fundamentalmente negocio patrimonial y en los que la estrategia suele ser la compra directa de empresas y activos de gran envergadura”.

Éste ha sido el caso, por ejemplo, de Metrovacesa, con la compra de la francesa Gecina hace más de un año, o de Realia, que recientemente ha lanzado una OPA sobre el 26,9% que aún no controla de SICC, después de hacerse en mayo de este año con el 73,1% de la compañía.

Por otra parte, están los mercados emergentes, “en los que se distinguen dos grandes destinos: Europa del Este y Portugal, donde el posicionamiento principal es el negocio de promoción residencial. La estrategia de entrada habitual es junto con socios locales en Europa del Este (el caso más destacado es el de Fadesa en Polonia) y mediante crecimiento orgánico en Portugal (Ferrovial Inmobiliaria, Grupo Lar, Grupo Prasa, Sacyr Vallehermoso, Nozar)”, explican desde Asprima.

Pero no sólo Europa centra la atención de las promotoras españolas. El norte de África, en concreto Marruecos, se ha convertido en el destino de fuertes inversiones por parte de la gallega Fadesa, mientras que Anida –filial inmobiliaria del BBVA- o el Grupo Nicolás Mateos están acometiendo diferentes proyectos en México o Brasil, respectivamente.

Caída por encima de los dos dígitos

La salida al extranjero de las compañías españolas ha ido acompañada de una creciente reducción de la inversión extranjera en inmuebles en España. En 2004 y 2005 se registraron tasas negativas con descensos del 6% y del 16,7%, respectivamente, frente al incremento del 17,2%, en 2003. Y los datos del Banco de España correspondientes al primer trimestre, no invitan al optimismo. Ya que entre enero y marzo el volumen de inversión alcanzó los 1.115 millones de euros, lo que supone una caída del 10,2% respecto a la cifra del mismo trimestre de 2005.

Este descenso se ve claramente reflejado en su aportación a la economía española. Mientras que en 2003 la inversión extranjera en inmuebles suponía casi el 1% del PIB, en 2004 este porcentaje descendió al 0,79% y en 2005 al 0,61%.