El convento de monjas que fue sede de UGT y mutará en hotel a 145€/noche en Chueca

Apareció por primera vez en los planos de Madrid en 1656, aunque su construcción data de 1625. El convento de Santa María Magdalena, en la céntrica calle de Hortaleza 88, en pleno barrio de Chueca, está a punto de cumplir 400 años de historia y previsiblemente celebrará tan importante aniversario como un hotel de 41 habitaciones a razón de 145 euros la noche y con capacidad para un máximo de 738 personas.

Aunque lo cierto es que llevaba casi medio siglo sin uso religioso, desde que en 1974 se marcharon las últimas monjas. Fue la abadesa del Monasterio de las Calatravas Cistercienses —la orden dueña del edificio— quien en 1968 dio permiso, por escrito, a la madre superiora de las religiosas para su venta. Varios años más tarde, en 1987, la Unión General de Trabajadores (UGT) se hacía con la propiedad y, tras reformarlo, en 1989 estableció en este edificio la sede de su ejecutiva confederal.

JIMA invertirá 3,5 M en transformarlo en hotel y pagará a UGT 500.000€/año

Allí permaneció su cuartel general hasta que a finales de 2017 decidió arrendárselo, durante 35 años, por unos 500.000 euros anuales, a JIMA Patrimonial de Hostales, una empresa dedicada al alquiler de inmuebles detrás de la que se encuentra Miguel Ángel Garrido Riosalido, socio fundador de Garrido Abogados y antiguo inspector de Hacienda, junto a un socio. UGT se mudó a Avenida América y, desde entonces, permanece desocupado.

A partir de ese momento, JIMA Patrimonial se puso manos a la obra para cambiar el uso del edificio e implantar un hotel y no apartamentos turísticos, como llegó a rumorearse. De hecho, el primer contacto con el Ayuntamiento de Madrid para tal fin —electrónicamente hablando— se produjo en julio de 2018.

Esta compañía es, precisamente, la encargada de tramitar el Plan Especial necesario para cambiar el uso de residencial a terciario de hospedaje del convento y quien invertirá 3,5 millones de euros para remodelar y rehabilitar el inmueble para su transformación en hotel, según la información consultada por El Confidencial. Una inversión que, según la memoria económica del proyecto presentado ante el Ayuntamiento de Madrid, prevé amortizar y rentabilizar en cinco años.

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En concreto, durante el primer año de explotación, la compañía espera obtener unos ingresos de 1,62 millones de euros, cifra que irá aumentando progresivamente hasta los casi dos millones en el año quinto. Según esta memoria, eso sería en 2024. Por el lado de los gastos, estos ascenderían a poco más de un millón de euros el primer año y a 1,11 en el quinto año de explotación, siendo el alquiler el responsable de prácticamente la mitad de dicho gasto (entre 500.000 y 520.000 euros), así como los gastos de personal (entre 235.000 y 244.000 euros). Con estas cifras sobre la mesa y con una tasa de interés del 2%, JIMA Patrimonial de Hostales espera recuperar la inversión en cinco años de explotación del hotel.

El Plan Especial para el cambio de uso de este convento histórico recibirá, previsiblemente, luz verde en el próximo pleno del Ayuntamiento de Madrid, tras pasar por la Comisión de Desarrollo Urbano este miércoles donde, si no hay sorpresas, se aprobará definitivamente.

41 habitaciones de hasta 44 metros

El futuro hotel dispondrá de 41 habitaciones, distribuidas entre la primera y la segunda planta del edificio. Viviendas que, en función de su ubicación y orientación, dispondrán de una superficie u otra. De hecho, están proyectadas habitaciones de entre 15 y 44 metros cuadrados.

El Plan Especial propone recuperar y rehabilitar espacios que fueron modificados para su uso como oficinas, así como recuperar la centralidad del patio principal, en torno al cual girarán las habitaciones y zonas comunes, además del patio posterior, usado como aparcamiento conectado con una planta baja —con capacidad para 300 coches— a través de una plataforma elevadora. Este semisótano será demolido, lo que obligará a la propiedad a buscar plazas de aparcamiento —un total de 37— en 'parkings' municipales o privados de los alrededores.

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En lo que en el pasado fue la iglesia, el arrendatario ha propuesto implantar un salón polivalente, mientras que en la planta baja habrá zonas comunes, además del vestíbulo y la recepción, así como un módulo de habitaciones, destinándose las plantas primera y segunda exclusivamente a habitaciones.

400 años de historia

El primitivo convento de Santa María Magdalena era una institución benéfica fundada en 1623 para acoger a mujeres que necesitaran ayuda para alejarse de la "mala vida", de ahí su nombre de Recogidas, tal y como recoge la 'Guía de arquitectura del Colegio de Arquitectos de Madrid' (COAM) que data la construcción del convento en 1625. En los planos de Madrid, sin embargo, el edificio no apareció hasta varios años después, en 1656, pero solo con el claustro, no con la iglesia.

Además, tal y como recoge la documentación histórica en torno a este histórico edificio, el convento fue una iniciativa del presidente del consejo de Castilla, Francisco Contreras, quien decidió que este consejo sufragase la construcción del edificio para albergar a una comunidad de monjas.

El edificio cuenta con una superficie de casi 4.000 metros cuadrados y se encuentra situado en pleno centro histórico de Madrid

Durante sus 400 años de historia, el convento no solo ha cambiado de propietario, también de moradores. Así, por ejemplo, a finales del siglo XIX (1897) dejó de pertenecer a la Orden de las Terciarias Franciscanas, que dio paso a la Orden de las Calatravas Cistercienses. Este cambio coincidió con la reforma y reconstrucción de la iglesia por parte del arquitecto Ricardo García Guereta. Varios años más tarde, durante la posguerra, fue reconstruido tras un incendio en 1936.

El edificio cuenta con una superficie de casi 4.000 metros cuadrados —3.927 metros— y se encuentra situado en pleno centro histórico de Madrid, en el distrito de Justicia, en pleno corazón de Chueca. Por su valor histórico, fue calificado como Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de monumento. La superficie se distribuye entre dos y tres superficies y cuenta con catalogación singular, nivel 1 de protección, lo que significa que es un edificio sometido a una protección global con el objetivo de mantener sus características arquitectónicas y constructivas, volúmenes, formas y elementos decorativos, dado que se trata de un edificio que representa un hito dentro de la historia del arte y la arquitectura histórica de Madrid.

Y es precisamente por eso, por tratarse de un inmueble con catalogación singular, por lo que es necesaria la tramitación previa de un Plan Especial de compatibilidad de usos que acredite la restauración de todos los elementos protegidos y el mantenimiento de las características tipológicas, constructivas y formales del mismo.

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En los últimos años, son varios los cambios aprobados por el Ayuntamiento de Madrid para recuperar edificios vacíos y en desuso. Muchos de ellos edificios históricos sobre los que se ha planteado ya sea el uso como apartamentos turísticos o su transformación en hotel. El ejemplo más reciente, el emblemático Edificio Metrópolis, en la confluencia de la Gran Vía y la calle Alcalá, que también será un hotel.

De hecho, la actividad hotelera en el centro de la ciudad ha ganado impulso tras la pandemia. Por lo que respecta al futuro hotel, deberá competir en el barrio con otros seis establecimientos: el Hotel Petit Palace Santa Bárbara 4* (plaza de Santa Bárbara 10), Room 007 Hostel (calle Hortaleza 74), B&B Hotel Madrid 3* Centro (calle Fuencarral 52), Hotel Urso 5* (calle Mejía Lequerica 8), Hotel Eurostars Central 4* (calle Mejía Lequerica 10) y Madrid Suites San Mateo Hostel (calle San Mateo 20).